Cinco personajes en busca del escenario
Silencio, Silencio, que nadie nos oiga...
Silencio para escuchar en su voz las palabras de Adriana. Un homenaje a la escritora que frente a circuntacias difíciles tuvo que abandonar la poesía.
...Ven, bebe del jugo natural
y disfruta esta sensación desenfrenada,
eleva tus alas y cúbreme en un abrazo
fuerte que me ahogue.
Ahora déjame libre, depositaré mis besos
en cada uno de tus puntos cardinales,
dejaré en ti, todo lo que siento en este momento.
Silencio, silencio, que esta realidad tan loca,
cierre tu boca, pero deja tus labios
carnosos y sensuales a merced de los míos...
Y de pronto, en el centro de esta danza macabra
brinca hacia el cielo rojo, loco, un gran esqueleto,
llevado por el ímpetu, cual corcel se encabrita
y, al sentir en el cuello la cuerda tiesa aún,
crispa sus cortos dedos contra un fémur que cruje
con gritos que recuerdan atroces carcajadas,
y, como un saltimbanqui se agita en su caseta,
vuelve a iniciar su baile al son de la osamenta.