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Impresiones

Una paz imperfecta para tiempos imperfectos Por José Hilario López  Los acontecimientos de la pasada semana en La Habana con el acuerdo del Gobierno Nacional en cabeza del propio presidente de La República y del comandante jefe de las Farc-Ep, es un hecho que devuelve la esperanza al...
La tangofilia de mis paisanos Por: Jaime Jaramillo Panesso 1. La escuela. Para entender el gusto tanguero de los cofrades de este género que inmortalizó a Gardel y viceversa, debe tenerse en cuenta algo que por evidente no es necesario escribir. Pero al hacerlo nos da pistas del suceso. El tango...
Un político a regañadientes En uno de esos días lúcidos, de los cuales muchas veces nos arrepentimos, me aventuré a escribir un texto de opinión. En ese momento la economía de Grecia  según mi óptica, no andaba bien, era una percepción pero para los analistas expertos ya era una...

La carreta de Bolivar

16.05.2015 12:50
La Carreta de Bolívar Por: J2 Pola: ¿Cómo anda todo en tu casa? ¿Qué hay de Magolita? Contame de Melitón Lola: Aquí se armó el despelote desde que empezó El Mundial. Magola, el televisor lo pasó p’a la cocina, lo puso al pie de fogón. Se le derrama la leche, deja secar el café,...
La flor del palacio de los Han     Por: Franz Toussaint Traducción del idioma chino I – La humillación La tierra está inculta en la llanura donde el Chan- yü, el Khan de los tártaros, dice el emperador Che Houang Ti: “Acepto la paz, si te comprometes a enviarme la más linda...
La figura del diablo como motivo recurrente  en dos novelas de Germán Espinosa Los cortejos del diablo y Aitana Por : Marco Antonio Fonseca Gómez   17 de octubre de 2012    Universidad Sorbonne-Nouvelle, París 3, Francia.  Este artículo se enmarca en la...

Florencia

01.11.2014 17:21
Florencia Por: Saki Bernet De la serie: Las experiencias de Antonia Cali, mayo de 2013 No le sorprendió verlo llegar. Él siempre aparecía sonriente como si dos horas antes se hubiera separado de ella. Los motivos cambiaban según el caso. También, según el caso, la interrogaba, le hacía...

Merceditas y el paraguas

22.08.2014 18:39
Merceditas y el paraguas  Carlos Julio Ramírez     Abril 23 de 2013 Lola:               Arriá, Melitón, la vaca que tumbó la talanquera. hacé callar al             ...
Por: Yohanna Rozo @yrozob Es casi una regla, siempre que llegas a un lugar en el exterior, ahí te encuentras un colombiano. Vas en el metro, en el  bus y de repente te chocas con ese acento paisa, rolo, santandereano… cualquiera  de estos en una  versión inglesa, francesa o alemana…...

GATOMALO

14.04.2014 01:16
SOLO EL ADIÓS ES NUESTRO  Para Luis Fernando, en memoria El tiempo se detuvo en lo más alto y todas las palabras en punta se plegaron  en el papel, en el silencio, en la llama que ascendió por tu cuerpo. Los libros se oscurecieron este día Indagaron por ti  por tu mano...
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IMPRESIONES

 Los sentimientos en la nueva cultura

Ervin Laszlo

 

Agnes Heller

Por José Hilario López A.

Selección hecha entre las columnas de opinión escritas por el autor para El Periódico El Mundo de la ciudad de Medellín:

En próximas columnas me propongo comentar algunas de las conferencias que el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia ha presentado en el primer semestre en su Aula Abierta, en nuestro propósito de visualizar aproximaciones hacia un pensamiento crítico latinoamericano.

Hoy quiero referirme a la conferencia de la joven profesora Martha Elena Grajales sobre el libro “Teoría de los Sentimientos” de Agnes Heller, filósofa húngara contemporánea, quien nos motiva a repensar la cultura impuesta por el neoliberalismo, y relacionar su teoría con la propuesta de su compatriota Ervin Laszlo “Caminos hacia la Civilización Planetaria”.  

Heller en su teoría le otorga un gran valor a los sentimientos en la formación del mundo propio, así como de la constitución de una personalidad moral.  Trabajar con los sentimientos para entender el hombre de la modernidad es tan determinante para el pensamiento y la acción como el cultivo del Logos.

La pensadora húngara diagnostica el mundo sentimental del hombre moderno como  empobrecido y alienado, a causa de las tareas que está obligado a realizar para satisfacer sus necesidades básicas  y el desarrollo de su personalidad. Entre estas tareas la fundamental es el trabajo, que hoy tiende a ser sólo un medio para la subsistencia o para la acumulación de riquezas, que copa todo nuestro tiempo y energías, sin espacio para el cultivo de los sentimientos, en especial relaciones abiertas y espontáneas con los otros, lo que conduce a conformar un ser egoísta, para quien el semejante es tomado como un competidor o como un instrumento para logar nuestros propios objetivos.

Este hombre, que Heller llama particularista, se caracteriza también por sentimientos particularistas, en especial la envidia, el resentimiento, la intransigencia, la vanidad, los celos, la avaricia, el egoísmo y la inflexibilidad. Como particularista está siempre buscando la preservación de su yo con exclusión del otro, llegando incluso a odiar a los que son distintos, que siente pánico de entregarse al otro, de asumir el riesgo de implicarse profundamente con otro.

Ante este mundo empobrecido, se nos propone una “gestión doméstica de los sentimientos” lo que significa jerarquizarlos de acuerdo con la importancia que tiene su cultivo; significa decidir que sentimientos hay que priorizar y cuales desechar.  Esta gestión de los sentimientos está vinculada de modo esencial con las tareas que hace el hombre, lo que requiere liberarlo de la alienación que le impone el trabajo concebido sólo para subsistir o el lucro por el lucro.

Un mundo rico en sentimientos para Heller es como un jardín, en donde además de cultivar variedad de flores también se ha evitado que crezca la maleza, los sentimientos particularistas. Como un  jardín,  todo mundo del sentimiento que esté regido por un solo sentimiento es mundo que se degrada.

Volvamos a Laszlo para, según sus palabras, “centrar la atención en la evolución de los valores humanos y la conciencia como los factores decisivos en el cambio de curso–de una carrera hacia la degradación, la polarización y el desastre-a un replanteamiento de los valores y las prioridades para navegar en la dirección del humanismo, la ética y la sostenibilidad global”.  Dadas las tendencias actuales de nuestra civilización en demografía, sobre-explotación de recursos naturales, terrorismo, militarización, disparidades en estilos de vida y distribución de la riqueza, así como en la degradación del medio ambiente, nuestro futuro como especie ya no está asegurado.

La insustentabilidad del mundo nos compromete con un cambio radical en nuestra conciencia. Empezar por cultivar del jardín de nuestros sentimientos, para que sólo germinen y florezcan “buenas emociones en términos morales, emociones que no solo no alienten comportamientos que dañen a los otros (ni a los ecosistemas), sino emociones que estén vinculadas con un interés por el bienestar del otro, tales como el amor a la humanidad, la compasión, la simpatía, la lealtad, la amistad”.