Fiesta de Clausura
Elegimos El Carmen y a Vino al Arte, un lugar ideal para hacer un recital. Acompañados por varios admiradores del tema y por Hojarasca, un grupo que interpreta música andina latinoamericana compuesta por ellos.
Amigos, vino y poesía; todo dentro de un establecimiento bien atendido y varios residentes respetuosos y ávidos por escuchar y valorar a los participantes. Sin acartonamientos, liberados de muchos protocolos pero sin olvidarnos de que allí lo primero era la poesía y lo segundo, desde luego, concluir nuestras actividades para el 2015.
Como integrantes y fundadores de solo gotas, fuimos los primeros sorprendidos, un grupo de jóvenes del municipio también se hicieron presentes. Fue un gusto escuchar sus poemas y ser testigos de su entusiasmo y su labor.
Fuimos seis los poetas integrantes del grupo para este evento, con la grata compañía de Juan Raúl Navarro, quien compartió con gracia y buen humor la calidad de sus poemas. Le dimos un espacio central al erotismo. Un mano a mano entre Diana Pizarro y quien escribe esta nota, María Jaramillo, puso la emotividad al máximo.
Fue una noche de clausura con un público a tono con la expresión poética, literaria y artística.
Hojarásca
Un grupo hecho con pasíón.
Músicos, compositores e interpretes
No han de faltar los que se buscan, se integran y hacen el grupo dentro del grupo.
Así empezó: Solo gotas... de ¡vino!
Hoy somos cuatro, María Jaramillo, José María Ruiz,
Diana Pizarro y Aurora Almar;
¡quién sabe mañana!
Cuatro poetas, convencidos de que se hace más
gozando la poesía que sirviéndose de ella.
Por eso nos imaginamos la clausura, la hicimos y la disfrutamos.
Y el maravilloso público que nos acompañó: vitales, expresivos, respetuosos del artista, enamorados del sitio y de la poesía. También el vino... pasó de mesa en mesa.
Sin ellos no podíamos darle al evento la calidad que tuvo:
Martha Inés Vélez, leyendo los poemas de su próximo libro,
Muricio Vanegas, tallerista, escritor y docente
y nuestro invitado Juan Raúl Navarro.
La sorpresa de la noche:
Los jovenes poetas de El Carmen
a quienes pudimos escuchar. Un regalo poético no esperado,
un honor para todos nosotros.
Era un compromiso de los que se cumplen, de los que se hacen con uno mismo.
Son parte del deseo reprimido y un día sin pensarlo nos aventuramos.
Lo acordamos en el recital pasado
y esa noche en El Carmen fue inevitable negarnos el gusto de compartir el erotismo.
Fue un mano a mano, dos generaciones, dos mujeres y...
vino, vino, vino... en todas las mesas.
Creció la noche y creció la euforia,
dichoso momento cuando el público y los artistas
se sienten cada vez más identificados, más desinhibidos
y los fotógrafos se dan gusto registrando la expresión y la gracia.
Y en gotas somos imparables
¿Desayunar en El Carmen?... ¡Claro!
y con calentado, chorizo, chocolate, y por qué no,
una cervecita helada para la sed.
¿Más música? ¡También! La retreta en el parque antes del regreso a casa.
A nuestros anfitriones, Héctor y Luz marina, muchas gracias,
un lugar como Vino al Arte solo es posible con personas como ustedes.
Fotos, cortesía Juan Alberto Vélez