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Somos uno y somos universo

12.07.2016 05:52

Martha Inés Vélez

El Martes cinco de abril de 2016, en el Auditorio de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, la doctora Martha Inés Vélez presentó su primer libro de poemas. Entra así a formar parte de los escritores que se inician en nuestro medio. Solo gotas se enorgullece de contarles este logro, tanto ella como su esposo, el doctor Hernán Valencia, son parte de nuestro grupo de seguidores. En su libro, Somos uno y somos universo, la doctora Martha Inés, asume la poesía como una manera de expresar sus ideas sobre el hombre y el cosmos.

Médica Cirujana, Otorrinolaringóloga de la Universidad de Antioquia y Otorrinolaringóloga Pediátrica de la Universidad Nacional Autónoma de México, también gusta de invertir su tiempo en la escritura. Entre la prosa y el verso construyó su libro, una verdadera propuesta desde el conocimiento. El milagro de la vida, la expansión del universo y la magia de la luz, son algunos de los temas de su preferencia. Sus estudios de Astrofísica no solo la capacitaron para ampliar sus conocimientos, sino que la impulsaron por el camino de la creación poética, le dieron además, la formación para proponerlos en su libro y despertar en el lector el interés por ellos.

Felicitaciones a nuestra amiga y compañera en el camino del aprendizaje.

María Jaramillo

 

El dolor y sus encrucijadas

Dolor…

Incisiva, espectral, encendida palabra escrita con pluma ácida,

que se fuga en un grito y en diáspora de lágrimas.

El dolor fustiga, el dolor amalgama la percepción elástica

de un mundo habitado de sombras, de luminosos días,

de los seres que somos la materia biológica, presumiendo la vida.

Es el grito espasmódico del vientre, de un silencio asistido;

un punto de inflexión del universo físico, que trasciende el espíritu.

Es la impronta existencial que danza en la memoria del tiempo,

en la euclídea cosmovisión, en la sustancia corpórea,

en la conciencia que transmuta el dolor en sufrimiento,

para escrutar el convulsivo acontecer histórico,

el fatigado cansancio del olvido, la carencia de exiliado deseo.

En compleja cognición el cerebro del linaje humano,

con atávico acervo evolutivo, permite asomarse a sí mismo,

aceptarse temporalmente triste, expresarse abatido.

Liberándose del agónico duelo, celebra la alegría festiva

de un nuevo amanecer, de una esperanza

para reconciliarse con la vida y levantar el vuelo.

 

Martha Inés Vélez