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El Otoño del patriarca de Gabriel García Márquez

04.01.2016 16:36

El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez

Una mirada al poder político en Latinoamérica

Por Catalina Garcés

Catalina Garcés, Filóloga hispanista de la Universidad de Antioquia,  estuvo el pasado 30 de julio con nosotros compartiendo sus conocimientos sobre el escritor Gabriel García Márquez. El poder político en Latinoamérica fue el tema    y la novela El otoño del patriarca el hilo conductor a partir del cual Catalina  lo desarrolló.

Desde el año 2012 Catalina era la promotora de lectura de la Biblioteca Pública y Parque Cultural Débora Arango. Ahora fijará su residencia en España, donde desplegará su actividad como escritora y poeta. Al reunirnos tuvimos la oportunidad de acompañarla en el cierre del ciclo que termina y desearle se hagan realidad sus nuevas expectativas.

De manera breve haremos un recuento de algunos de los aspectos tratados:

En apariencia las diferentes dictaduras latinoamericanas fueron la motivación de Gabriel para escribir esta novela pero es muy probable que el lector identifique en varias de sus citas a Juan Vicente Gómez, el dictador venezolano por quien Gabriel sentía fascinación. Los parecidos entre el personaje de la novela y el dictador son suficientes como para sospechar que no son simples coincidencias:

- Ambos, Gómez y el Patriarca, son hijos de madre.

- Ambos son adoptados por el segundo amante de la madre.

- Ambos son del área andina.

- Ambos se dedican a la crianza de ganado. En el Patriarca, las vacas invaden el escenario.

- Ambos monopolizan la lotería.

- Ambos son analfabetos por un largo tiempo.

- Ambos son famosos por sus indulgentes vidas sexuales, con innumerables concubinas e hijos.

- Ambos participan en las guerras civiles, donde ascienden a generales bajo la protección de ilustres caudillos, a quienes suceden tras golpes de estado limpios.

- Ambos gobiernan mediante el terror

- Los dos hombres comparten con miembros de su familia o del círculo de sus íntimos, el poder, la administración del terror y la riqueza.

- Ambos entregan sus países a las compañías petroleras extranjeras.

- Ambos tienen un guardaespaldas indígena.

- Los dos se visten de la misma manera, con uniformes de lienzo, tienen rasgos físicos similares, y hasta las mismas patologías (prostatitis y testículo herniado)

- Ambos, cuando viejos, buscan desesperadamente muchas mujeres, y hasta recurren al rapto.

- Tanto Gómez como el Patriarca tienen pasiones seniles (Amelia y Leticia Nazareno)

- Ambos habitan lugares similares, palacios con zoológicos, jardines, barracas militares.

- Ambos orinan con dificultad.

- Los dos aman tiernamente a sus madres.

- Los dos fueron condecorados por el Papa (Gómez fue Caballero papal de la orden de Piana).

La novela habla de un hijo de nadie que llegó  a ser rey. De un hombre que gobernó para sí mismo. De un semidiós con poder incalculable pero capaz de llorar como un perro. De los sucesos real fantásticos de un fin de semana que se narran en trescientos años durante los cuales el protagonista tiene varias muertes reales o fingidas. De la sensación de irrealidad, la misma sentida en otras de las novelas del autor, con un déspota siempre real y presente aunque se encuentre fuera del tiempo.

Los dictadores no solo suelen tener la misma pose para la foto, también los relatos sobre su manera de manejar el poder tienen un gran parecido. Catalina hizo un recuento histórico de algunos de ellos caracterizados por su actuación como tiranos. Desde Guatemala hasta el Cabo de Hornos, descendimos recordando sus historias de crueldad y hurgando en los parecidos del personaje central de la novela con otros dignos de mencionar aunque no fueran de estas latitudes, Duvalier, Franco, Perón, Trujillo, Pinochet. No podía faltar la famosa escena del sueño del Patriarca que nos remite a la muerte de Julio Cesar.

Es un relato que sorprende al lector. Se encargan de la narración un conjunto de voces. Desde esa tercera persona del plural habla el poder. Sabemos lo que hace el Patriarca por lo que nos dicen de manera fraccionada.  Catalina lo destacó y repasó otros contrastes de la novela.

Contrastes frente al hombre considerado como un rey cuando cada mañana cuenta las vacas para poder medir la producción de leche. Gallinazos, leprosos, ciegos y paralíticos viviendo de la caridad entre los rosales de su patio central donde concubinas y empleadas daban a luz sus sietemesinos sin saber de quienes eran.

Un Patriarca en carroza mostrando su guante de raso por la ventana. Un Patriarca jugando dominó en los suburbios en la mansión de Bendición Alvarado con los generales retirados, en donde conoce al hombre capaz de ganarle y este, orgulloso de hacerlo, brinda una fiesta gallera en su honor pero muere al sentirse culpable por su triunfo.

Un general, hombre amoroso, que le repetía a su madre “Tranquila madre, esta gente me quiere” para que ella, una de las mujeres más ricas, supiera como lo apreciaba su patria. Un general perdidamente enamorado de Manuela Sánchez una mujer pobre que convirtió en reina, cambiándola de vida, de familia, de amigos y vecindario. Un general,  hombre bueno que olvida todo al morir su madre pero encuentra una nueva vida en Leticia Nazareno. Nace Emanuel, el hijo del pecado, apellidado el general de juguete y aprende a disparar a los seis años. No durará mucho la paz porque Leticia y el niño son descuartizados por los perros y el general recoge las cabezas de los ex militares acusados en costales.

Y al final, un general que ya no recuerda ni su nombre, se despide de todos y una noche llega la muerte y con ella se lleva los cien años de gobierno cruel y doloroso de un hombre triste e infeliz.

Aunque García Márquez no mencionó sus fuentes originales, aparecen en un texto escrito por Beatriz Cynthia Campusano Bakovic, Primera y segunda mano de El otoño del Patriarca, un estudio intertextual, algunas referencias interesantes. Beatriz menciona el libro Tyrant of the Andes, de Thomas Rourke, publicado originalmente en 1936. Novela que registra muchos aspectos de la historia contemporánea venezolana. Tal parece que este fue el modelo por el cual se guió Gabriel para escribir la vida del dictador Juan Vicente Gómez.

Rourke, al parecer, era un pseudónimo. Adoptó ese nombre como protección frente al poder de Gómez. Su nombre verdadero era Daniel Joseph Clinton. Vivió largo tiempo en Venezuela durante la dictadura de Gómez y salió de allí para volver justo en los días de su muerte.

Fotos cortesía de José María Ruiz