Poéticas, literarias, arte y cultura

solo gotas - Actividades culturales

Cra. 25 No. 39B Sur - 101
Envigado, Antioquia, Colombia
316 286 52 02 - 206 82 71
sologotascolombia@gmail.com

La vida en juego de Julio Cortázar

31.08.2014 17:13

Te desnudé entre llantos y temblores sobre una cama abierta a lo infinito, y si no tuve lástima del grito ni de las súplicas o los rubores,   fui en cambio el alfarero en los albores, el fuego y el azar del lento rito, sentí nacer bajo la arcilla el mito del retorno a la fuente y a las flores.   En mis brazos tejiste la madeja rumorosa del tiempo encadenado, su eternidad de fuego recurrente;   no sé qué viste tú desde tu queja, yo vi águilas y musgos, fui ese lado del espejo en que canta la serpiente.

Julio Florencio Cortázar Descotte

Julio Florencio Cortázar, un galán de barba y guayabera, llegó a Buenos Aires cuando tenía cuatro años, venía de Barcelona y Suiza, en donde su familia esperó la culminación de la guerra para salir de Europa. Había nacido en Bruselas en 1914. Su aspecto taciturno,  tal vez fue consecuencia de la angustia de una infancia acosada por la falta de salud y de una adolescencia entre el asma y una enfermedad en los huesos. Hijo de Julio José Cortazar y María Herminia Descotte, perdió todo contacto con su padre. Ofelia, su hermana, era muy diferente a él. Cortázar, fue melómano, aficionado al jazz y al boxeo, caminante solitario con aspecto de niño. Aspecto que conservó hasta cuando pasó por una cirugía, después de la cual pudo ostentar la espesa barba que llevaba. Novelista, cuentista, poeta, crítico y muy buen lector, imprimía sus textos en un mimeógrafo comprado en un remate de la Unesco. Se distinguió como traductor público, y agitador político.

Ofelia y julio

Obtuvo el título de Maestro Normal, en la Universidad de Buenos Aires y estudió Filosofía y  Letras en la misma universidad. Más adelante recibió el título de Traductor público en inglés y francés. Después de leer el poemario Opio, de Jean Cocteau, se encaminó por el surrealismo. Escribió su primer libro de poemas con el seudónimo de Julio Dennis y lo publicó en 1938 frente a la incredulidad de su familia. En 1951 regresó a Europa, llegó a París para cumplir con su sueño de niño. Gracias a su trabajo como traductor independiente de la Unesco, vivió como un burócrata. Se curaba de sus ataques de melancolía viajando y hacía la literatura que le gustaba. Se esforzaba por mantener en reserva su vida personal. En 1953, se casó con la traductora argentina Aurora Bernárdez.

Una revelación clave de su carrera  fue el cuento largo, “El perseguidor”, cuyo personaje central es Charlie Parker. A partir de ese momento se muestra como un escritor por encima de lo establecido. Tradujo los cuentos de Edgar Allan Poe y pronto llegan sus ficciones novelescas, Historias de Cronopios y de Famas en 1962, Los premios, y de manera especial, Rayuela en 1963. En 1966 reúne sus cuentos en el libro, Todos los fuegos el fuego.

María Herminia y Julio

Aurora Bernárdez:

Su relación con Cortázar fue intensa desde el primer momento en que se conocieron. A su llegada a París la amiga de Cortázar la Maga (Edith Aron) le consiguió trabajo en las tiendas Printemps, donde ella era empleada.

De ellos dijo Mario Vargas: “Nunca dejó de maravillarme el espectáculo que significaba oír conversar y ver a Aurora y a Julio en tándem. Todos los demás parecíamos sobrar. Todo lo que decían era inteligente, culto, divertido, vital. Muchas veces pensé: No pueden ser siempre así. Era difícil determinar quién había leído más y mejor, y cuál de los dos decía cosas más agudas e inesperadas sobre libros y autores”.

Aurora Bernárdez y Julio

Bernárdez trabajó como traductora junto con Cortázar. También colaboró con él en el proceso de preproducción de varias de las futuras traducciones de sus obras a otros idiomas. En 1963, Bernárdez y Cortázar viajaron a Cuba, a conocer la Revolución cubana. Allí, Cortázar comenzó su transformación en un escritor político latinoamericano. En cambio, Bernárdez volvió a París muy desencantada y decidida a no volver a pisar la isla nunca más.  La crisis culminó con la aparición de la escritora lituana Ugné Karvelis que era su agente en la Editorial Gallimard. Ocho años después, su relación con Ugné Karvelis     llegó a su fin, Cortázar le pidió el divorcio a Aurora Bernárdez para poder casarse con la escritora y fotógrafa Carol Dunlop.

Cuando Dunlop enfermó, Bernárdez estuvo presente ayudándolos. A Julio ya le habían diagnosticado la misma enfermedad incurable, entonces, Aurora se quedó a vivir con él y lo acompañó en su lecho de muerte. Al morir Julio, quedó como la única heredera de su obra publicada y como albacea literaria de Cortázar. Los objetos personales de Carol, incluyendo las cámaras,  se los remitió a su hijo, establecido en Canadá con su padre.

En 1994, Aurora Bernárdez, obtuvo el diploma al mérito en el rubro Traducción. Premio konex a las Letras.

Edith Aron:

La relación que mantuvo con Julio Cortázar, fue decisiva en la politización del pensamiento, de los escritos y de las actividades públicas del escritor.

Edith Aron

Edith, asegura que a pesar de no haber sido la elegida, siempre le guardó un enorme cariño a Cortázar. Hasta que cierto día, le sacaron las traducciones que ella estaba haciendo de sus libros al alemán y, peor aún, se enteró de la carta de Julio a su editor, Paco Porrúa.

"Me hizo mucho mal profesionalmente. ¡Yo trabajaba en el Instituto Goethe de Londres, en el Imperial College! El caso es que tuve que ir a Buenos Aires a cuidar a mi madre que estaba enferma y me demoré en entregar las traducciones. Eran textos muy buenos, los hice ver por expertos. Cortázar estuvo muy mal en hacérmelos sacar. Luego se arrepintió, pero yo ya tenía una rabia infinita”.

Aunque ella nunca se recuperó de la traición de Julio, Internet le ha ayudado a aliviar su rabia. En la Red, están las traducciones que Cortázar impidió que estuvieran en forma de libro.

Cuenta Edith: “¡Me acomplejaba porque él sabía tanto y yo sabía tan poco! No me decidí a irme a vivir con él justamente porque quería estudiar. Además, sabía que él admiraba mucho a Aurora Bernárdez, que estaba en Buenos Aires. [...]

No sabía si estaba enamorada. Cierta noche Cortázar me dijo que Aurora llegaría a fin de año a París, y me preguntó qué era más importante para mí, si la Navidad o el Año Nuevo. No sé por qué le dije que Año Nuevo, que Navidad la iba a pasar con mi papá. Cuando nos volvimos a ver, él había pasado Navidad con Aurora y se había decidido por ella. Fue solo al perderlo que me di cuenta de que lo quería”.

Ugné Karvelis:

Escritora, crítica literaria, traductora y diplomática lituana. Su trabajo como editora en  la editorial francesa Gallimard fue fundamental para la difusión en Francia de la literatura latinoamericana y de Europa Oriental.

Ugné Karvelis y Julio

Ugné Karvelis aparece justo en el momento de la separación entre Aurora y Julio. En su primer viaje a Cuba la conoció, era todo lo contrario de Aurora, se enamoraron y ella se convirtió en su agente. Estableció con la escritora una relación de amor y camaradería literaria. Ella tenía un temperamento fuerte, era lituana, germanista, bastante atractiva y veintidós años menor que Cortázar.

Ugné, confirmó su relación de camaradería cuando dijo en una entrevista: “Compartimos la mayoría de los gustos literarios. Era una especie de onda. A veces, un libro gustaba más a uno que al otro, pero no hubo discrepancias fundamentales. Los dos fuimos grandes lectores en nuestra juventud. En mi panteón personal tengo, desde la infancia, a Dostoievski, sin tanta importancia para Julio, y él tenía algunos escritores españoles, pero ahí termina la diferencia. Supongo que la sensibilidad andaba más o menos por los mismos ríos”.

Manifestó: “Aún soy incapaz de hablar de él en pasado. A veces, cuando converso con gente seria, tengo que recordar que debo referirme a él en pasado, no en presente. Para mí, hay una especie de diálogo que no se ha interrumpido. No podría decir cómo, ni qué, pero es una presencia. Una presencia que no pesa, sin efectos negativos. Esa presencia existe. Cuando  murió Julio, mi hijo me preguntó por qué tenía las fotos de él puestas cerca del teléfono. Y yo le respondí: "Déjalas, cuando alguna gente aburrida me llama, en realidad miro a Julio y sigo conversando con él".

Con relación a su muerte opinó: “Estoy de acuerdo con Julio en que la muerte es el escándalo supremo. Él vivió el final de su vida muy mal. Confesaba que dormía, comía y caminaba mal. Decía que todo estaba mal. Fue una muerte lenta. Él se veía morir, sin poder impedirlo. Me daba mucha pena. Es absurdo decir que alguien merece un determinado tipo de muerte, pero hubiera preferido para Julio una muerte rápida y sin conciencia del fin”.

Tomado de La Letra del Escriba, No. 9, agosto, 2001.

Aspectos de la buena vida en Saignon

El momento de la separación entre Julio y Egné fue muy difícil. A Cortazar le tocó vender la casa en Saignon donde se sentía muy bien.

Carol Dunlop:

Conoció a Carol Dunlop en Canadá en 1977 y se casaron en 1981, luego de que ella se comprometiera a no traer a su hijo de nueve años con ellos, el niño vio partir a su joven y bella madre para refugiarse en los brazos de un hombre viejo y poco agraciado. Juntos realizaron numerosos viajes, e incluso escribieron un curioso libro. Hacia finales del mes de mayo de 1982, Julio y Carol deciden pasar treinta y tres días en la autopista París-Marsella, deteniéndose en todos los paraderos que encontraron a su paso, a bordo de una vieja y destartalada furgoneta Volkswaguen de color rojo, a la que llamaron Fafner. Era una casa rodante, con víveres, utensilios de aseo, ropa, libros, una cámara de fotos, dos máquinas de escribir y algunas cintas de música.

Carol Dunlop y Julio

Las obras de sus últimos años se vieron empapadas de esa mujer que fue su gran amor y que lo acompañó hasta en los más felices y tristes momentos. Fue su segunda y última esposa, amante y amiga.

No me des tregua, no me perdones nunca. Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves. ¡No me dejes dormir, no me des paz! Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente. No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante; tállame como un sílex, desespérame. Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos. Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas. Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces. No me importa ignorarte en pleno día, saber que juegas cara al sol y al hombre. Compártelo.   Yo te pido la cruel ceremonia del tajo, lo que nadie te pide: las espinas hasta el hueso. Arráncame esta cara infame, oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

Julio Cortázar, el ejemplo más representativo de traductor escritor, fue fiel ante todo a su febril imaginación. Buscó,  alejado de las normas y guiado por su fantasía, descubrir una nueva manera de hacer literatura.

Murió de sida, el 12 de febrero de 1984. Fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, al lado de su última esposa Carol Dunlop. (Cuando se los visita, es costumbre dejar una copa o un vaso de vino y una hoja de papel o un billete de metro con una rayuela dibujada o una piedrita para jugar a la rayuela). Esta noticia fue confirmada por la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, quien tuvo una relación sentimental con Julio y mantuvo una gran amistad con él hasta sus últimos días. Aseguró que: "fue una de las primeras figuras del mundo en morir de sida”.

Cristina Peri Rossi y Julio

"Cortázar falleció de sida. Con la desgracia de que le contagió la enfermedad a su querida esposa, Carol Dunlop. Juan Carlos Onetti le dejó un mensaje que decía: "El de Arriba es un hijo de puta". Ella murió primero, dos años antes que Julio, porque aunque era muchísimo más joven le habían quitado un riñón”, concluyó Peri Rossi. (Redacción El Intransigente).

Selección: María Jaramillo.