Poemas en blanco y negro

En nuestra tertulia de mayo 28 tuvimos la oportunidad de compartir con profesionales que dedican su tiempo libre a la escritura o a la declamación. Para ellas escribir un poema puede ser una acción que se inicia en su escritorio de trabajo,  toma forma en el camino a casa y concluye en la intimidad del hogar mientras se atiende a los hijos, se comparte con la familia o los amigos y  se descansa en el lugar preferido; tal vez ese sea el momento culminante, donde las ideas, las experiencias, las frustraciones, la lectura del otro, los conocimientos adquiridos, toman forma en la palabra y se vuelven música como expresión poética.

Todo sitio se vale porque la poesía está en todas partes y para ellas, como para quienes le dedican horas a la lectura de poemas, hacerlos o declamarlos es una actividad cultivada por años en la intimidad de sus vidas, en el anonimato, en la universidad o empezó desde el colegio.

Ellas, porque esta vez el espacio fue para la mujer, tienen su toque.  La poesía como casi todos los oficios imprime carácter, le da al rostro una expresión y a la mirada profundidad. El cuerpo aprende a llevar el ritmo de las palabras. Todas profesionales, algunas todavía en el mundo laboral, se permiten creer en la belleza y cada mañana la ven, la encuentran en su rutina y la plasman con su escritura.

Cada una editará su libro. Esa noche los asistentes tuvieron la oportunidad de escucharlas y valorarlas. En el futuro esos libros revelarán con detalle la calidad de su obra y los lectores emitirán la opinión, nada diferente al proceso conocido por quienes escriben.

Contentas con los resultados y los comentarios recibidos esa noche de tertulia, se convino un nuevo evento Entre amigos en El Café cultural Saramago en El Poblado. Cuatro poetas y dos declamadoras le dieron al público la sorpresa de una dinámica dispuesta para dejar la mesa de lectura y aprovechar el espacio, mientras las declamadoras enriquecían el acto con temas de algunos de nuestros escritores.

Wayra Torres abre el evento con el poema Silencio, de Adriana Moreno. Una poeta Antioqueña poco conocida en el medio y merecedora, de haber sido posible, de figurar entre las participantes. Amanda Pineda, con Constelaciones de José María Rivas Groot, bogotano (Bogotá 1983 - Roma 1923) Político y escritor. Dos expresiones, dos voces, dos artistas compenetradas con cada tema. Se hicieron sentir y merecieron los aplausos.

Las cuatro poetas, una declamadora entre ellas, Martha Inés Vélez, médico otorrino, leyeron sus poemas desde el lugar en donde compartían con el público. La disposición en semicírculo les permitía circular a voluntad. La música a cargo del maestro Juan Guillermo Saldarriaga, propició un mayor recogimiento. Martha Inés hizo los dos papeles, como poeta y declamadora, con casi todas sus poesías. Aurora Almar y Diana pizarro leyeron sus nuevos repertorios. Diana participó días después en el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Es una gran satisfacción para quien escribe contarles los hechos porque justo ese día celebrababa un año más de vida, cuatro de ellos al frente de solo gotas, una actividad cultural con y para los amigos.

Compartimos con ustedes una muestra fotógrafica del evento, atención de Juan AlbertoVélez y José María Ruiz.

María Jaramillo