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Un poeta que ayudó a derribar los muros entre la cultura popular y la alta literatura

01.11.2014 22:13

Dylan Thomas

Cien años a la sombra de su leyenda

En mi oficio o mi arte sombrío
ejercido en la noche silenciosa
cuando sólo la luna se enfurece
y los amantes yacen en el lecho
con todas sus tristezas en los brazos,
junto a la luz que canta yo trabajo
no por ambición ni por el pan
ni por ostentación ni por el tráfico de encantos
en escenarios de marfil,
sino por ese mínimo salario
de sus más escondidos corazones.

No para el hombre altivo
que se aparta de la luna colérica
escribo yo estas páginas de efímeras espumas,
ni para los muertos encumbrados 
entre sus salmos y ruiseñores,
sino para los amantes, para sus brazos
que rodean las penas de los siglos,
que no pagan con salarios ni elogios
y no hacen caso alguno de mi oficio o mi arte.

Dylan Thomas. Versión de Elizabeth Azcona Cranwell

Octubre 26 de 2014

Publicado por El Universal

Las leyendas sobre la vida trágica del galés Dylan Thomas (1914-1953) continúan persiguiendo cien años después de su nacimiento a la figura de un poeta que ayudó a derribar los muros entre la cultura popular y la alta literatura.

Nacido en Swansea el 27 de octubre de 1914, a principios de los años 50, una década antes de la primera visita de los Beatles a Estados Unidos, Thomas organizaba ya lucrativas giras trasatlánticas y disfrutaba en el mundo anglosajón de una fama más propia de estrellas de la música.

El poeta llenaba en Nueva York auditorios de centenares de personas con el peculiar estilo teatral con el que declamaba sus versos y aprovechaba el viaje para sumarse a licenciosas veladas con intelectuales y artistas del momento.

"Era la viva imagen del poeta del 'rock and roll", describió a Efe la nieta de Thomas, Hannah Ellis, para quien los relatos sobre la vida bohemia y los excesos etílicos de su abuelo, a menudo falsos o exagerados, sirvieron en su momento para alimentar su fama, pero han llegado a ensombrecer su figura literaria.

"Mi abuelo sentía que era importante interpretar el rol de poeta, imagino que otros artistas hacen lo mismo. Pero los amigos íntimos de Dylan le describían de forma muy distinta. Explicaban que esencialmente era bastante tímido. Mi instinto me dice que siempre estaba tratando de encajar", relata Ellis.

Más allá del mito que presenta a Thomas bebiendo o escribiendo cartas para pedir dinero constantemente, el galés dejó una amplia obra con 600 páginas de guiones para radio y televisión, veinte relatos cortos y 450 poemas, "treinta de ellos de los mejores de su tiempo", en opinión de John Goodby, profesor del departamento de Lengua Inglesa de la Universidad galesa de Swansea.

"Para hacer todo eso en tan solo veinte años tenía que estar sobrio y trabajar duro gran parte del tiempo, como de hecho hacía. Su escritura es mucho más interesante que su vida, si la gente aprendiera a leer más allá de su leyenda", dice Goodby, responsable de una edición anotada de sus poemas, con ocasión del centenario, "Collected Poems of Dylan Thomas" (Widenfield & Nicolson).

Thomas murió en Nueva York con tan solo 39 años por las complicaciones de una neumonía, dejando tras de sí una obra y una biografía que inspiraron entre otros a John Lennon, a Robert Zimmerman -que adoptó el nombre artístico de Bob Dylan para remarcar esa influencia- y Mick Jagger, que posee parte de los derechos literarios del galés.

Muchos "celebraban la idea de que Dylan vivió una vida plena y murió joven", apunta Ellis, que sin embargo cree que "su fama de galés beodo" contribuyó a que su obra quedara excluida en ciertos ámbitos universitarios.

"Algunos académicos ingleses han sido extremadamente críticos con el trabajo de Dylan. Lo han descrito como florido y ampuloso, sin verdadera sustancia", lamenta Ellis, quien subraya que, no obstante, en los últimos tiempos se ha redescubierto la "meticulosa artesanía" de un poeta que llegaba a escribir 200 versiones de un mismo texto.

Según Goodby, la poesía de Thomas tiene dos caras: la más nítida y accesible de la pieza "La mano que firmó el papel", y la experimental de "En dirección al altar bajo la luz del búho", uno de los poemas en lengua inglesa más complejos de siglo XX.

"Era capaz de escribir con éxito los dos tipos de poema. Se dirige al mismo tiempo a la vanguardia y al público general que amaba sus versos", razona el académico, que alaba la "extraordinaria arquitectura verbal" que levanta Thomas en algunas de sus piezas.

Con motivo del centenario, que se cumple mañana, el gobierno galés ha organizado este año diversas conmemoraciones con las que quiere contribuir a rehabilitar la imagen de un poeta que mantuvo una relación difícil con Gales.

Thomas no hablaba el gaélico de sus padres, sino un inglés con acento engolado, y vivió en Londres para estar cerca de los editores, lo que oscureció su reputación en el Gales cerrado y religioso de la época, que se escandalizaba además con las historias de excesos que el poeta protagonizaba en los tabloides.

"Él se hubiera descrito como un galés anglófono -comenta Goodby-. En aquel momento había una actitud en Gales, que todavía existe, por la cual aquellos que no hablan galés, como Thomas, no son tan galeses como los demás".

"Eso explica la actitud algo beligerante de Thomas hacia el gaélico y el nacionalismo galés, a pesar de que por supuesto bebía de la cultura del sur de Gales", relata Goodby, mientras que Ellis subraya que el poeta "era mucho más productivo cuando vivía en Gales, y sus historias están llenas de personajes galeses".

EFE

Publicado por El Universal
 
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Dylan y Caitlin
 
Desde la primera fiebre del amor a su infortunio, desde el tierno segundo
hasta el hueco minuto del vientre,
desde el primer atisbo hasta el tijeretazo umbilical
la edad del pecho y la época feliz del delantal cuando ninguna boca
se agitaba en torno al hambre suspendido,
y el mundo entero era uno solo, una nada ventosa,
bautizaron mi mundo en un fluir de leche.
Y la tierra y el cielo fueron un solo cerro al aire,
el sol y la luna derramaban una misma luz blanca.

Desde la primera huella del pie descalzo, desde la mano que se eleva
y la irrupción del pelo,
desde el primer secreto del corazón, el fantasma que advierte,
y hasta el primer asombro mudo ante la carne,
el sol fue rojo y la luna fue gris,
y la tierra y el cielo fueron cual dos montañas que se encuentran,

El cuerpo prosperó, los dientes en las encías meduladas,
los huesos que crecían, el murmullo del semen
dentro de la glándula santificada, la sangre bendijo al corazón,
y los cuatro vientos, que tanto tiempo soplaron al unísono
abrillantaron mis orejas con la luz del sonido,
llamaron en mis ojos con el sonido de la luz.
Y fue amarilla la multiplicación de las arenas,
cada grano dorado salpicaba la vida en su vecino,
verde era la casa cantarina.

La ciruela que mi madre arrancara maduró dulcemente,
el niño que dejara caer desde la oscuridad de su costado
hacia el regazo cavado de la luz, creció fuerte,
musculoso, enmarañado, atento a los gemidos del muslo
y a la voz que, como una voz de hambre,
arañaba en el sonido del viento y del sol.

Y desde el primer deterioro de la carne
yo aprendí el lenguaje del hombre para enroscar las formas del pensar
en el idioma pétreo del cerebro,
para llenar de sombras y tejer nuevamente la trama de palabras
dejada por los muertos que, en su césped sin luna,
no necesitan del calor de la palabra.
La raíz de las lenguas se termina en un cáncer exangüe,
no es más que un nombre que los gusanos hacen cruz.

Aprendí los verbos de la voluntad y supe mi secreto;
las claves de la noche golpearon en mi lengua;
donde antes había sólo una, hubo de pronto muchas mentes sonoras.

Un solo vientre, un solo espíritu vomitó la materia.
Un pecho amamantó al fruto de la fiebre,
aprendí la otra cara del cielo que divorcia,
el globo dos veces enmarcado que giraba;
un millón de cerebros alimentaron al retoño
que divide mis ojos;
la juventud, de veras se abrevió; las lágrimas de la primavera
se diluyeron en el verano y en las cien estaciones;
un sólo sol, un único maná, fue calor y alimento.

Dylan Thomas. Versión de Elizabeth Azcona Cranwel
l
(...) quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras, sólo de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querían decir tenía una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivía en mi mundo.
 
Dylan Thomas, su madre, su esposa y sus tres hijos

Swansea, Reino Unido 1914 – New York 1953. Sus poemas eran piezas teatrales, adoptaba el papel de poeta profeta. Escribió guiones para la radio y el cine. Estudió en Gales en la escuela donde su padre ejercía la docencia. Trabajó como reportero para un periódico de su ciudad. Se negó a recibir una educación universitaria y prefirió ser autodidacta. Se casó en 1936 con una muchacha del campo, con ella tuvo dos hijos y una hija. Su situación económica siempre fue difícil  a pesar del éxito de sus poemas. La maravillosa sonoridad de su voz no pasó inadvertida, fue siempre admirada. Hizo varias giras por Estados Unidos ofreciendo sus recitales. Aunque se habla de haber atravezado durante ese tiempo un período de intensa depresión, su familia lo desmiente. Cuentan que en su último viaje sufrió un coma etílico pero otra versión habla se una enfermedad pulmonar avanzada. Dylan murió mientras cumplía con uno de sus recitales en un hospital de New York.

Sus obras: 

Poemas completos, 1952. Comprenden toda su producción poética hasta dicho año, más siete poemas inéditos.

Guión cinematográfico de The Doctor and the Devils, 1953.

La comedia radiofónica Bajo el bosque lácteo,1954, galardonada con el premio Italia ese mismo año.

La novela incompleta Adventures in the Skin-Trade, 1955, póstuma.

Dos volúmenes de ensayos, conversaciones radiofónicas y narraciones tituladas respectivamente Quite Early One Morning 1954 y 

A Prospect of the Sea 1955, póstumo.

Dylan Thomas. Una poesía que invita a pensar, un poeta que revaloriza el poder creador de la imaginación y la gran función alumbradora que el mundo cotidiano y el mítico, entremezclados, tienen para la poesía. Un hombre sencillo y confundido con su propia vida que levanta un camino alucinante comparable al de Blake y Rimbau. La claridad no fue su norma, se le ha clasificado como oscuro. Thomas participó con mucha independencia en el movimiento poético llamado Nuevo Apocalipsis.

Y la muerte no tendrá dominio.
Los hombres desnudos han de ser uno solo
con el hombre en el viento y la luna poniente;
cuando sus huesos queden limpios y los limpios huesos se dispersen,
ellos tendrán estrellas en el codo y en el pie;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar de nuevo surgirán,
aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor;
y la muerte no tendrá dominio.

Y la muerte no tendrá dominio.
Los que hace tiempo yacen
bajo los dédalos del mar no han de morir entre los vientos,
retorcidos de angustia cuando los nervios cedan,
atados a una rueda no serán destrozados;
la fe, en sus manos, ha de partirse en dos,
y habrán de traspasarles los males unicornes;
rotos todos los cabos, ellos no estallarán.
Y la muerte no tendrá dominio.

Y la muerte no tendrá dominio.
Y las gaviotas no gritarán en los oídos
ni romperán las olas sonoras en las playas;
donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca
levante su cabeza a los embates de la lluvia;
y aunque ellos estén locos y totalmente muertos
sus cabezas martillearán en las margaritas;
irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba,
y la muerte no tendrá dominio.

Dylan Thomas. Versión de Elizabeth Azcona Cranwell

Colm Thomas, su hermana Aeronwy y la madre de ambos y esposa de Dylon, Caitlin, en 1968 

Hannah Ellis, nieta de Dylon Thomas y su gran defensora