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Impresiones

Proyecto Suramérica

12.03.2014 15:48
Proyecto Suramérica María Jaramillo Villegas Marzo de 2013 Memorias de un sueño: Entre abrazos, destellos de flash y sonrisas, Paisas y Vallunos, nos agrupamos para los registros con poses cada vez más extrovertidas. Apenas si sabíamos que desde aquella terraza contemplábamos a Cali. Lo que no...
Mahatma Gandhi Una vida que personifica los valores que expresó. Amor por los otros, sacrificio, disciplina y no violencia contra el violento. Con estos valores logró dos cosas. Una liberar a la India del yugo inglés y, la otra, darle a este gran país y al mundo las ideas de concordia, paz sin...
Estudio novela norteamericana. En el camino de Jack Kerouac                                    Por: Guillermo Aguirre González Los tres consumos de Kerouac El auto es una burbuja, un abrigo con elementos que...

Poemas

11.01.2014 10:15
Poemas Guillermo Henao  Profesor titular (jubilado) de Obstetricia y Ginecología, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Magister en Filosofía, Instituto de Filosofía, Universidad de Antioquia. Poema Nº 1 ¡Aquí me paro para verte y no te alcanzo ni para ser tu...

Literatura cuántica

19.12.2013 00:51
Literatura cuántica       José María Ruiz Palacio Escritor, poeta y buena vida 27 de septiembre de 2012 ¡A mí también me pasó algo parecido! Déjenme les cuento: Me levanté como siempre, por el lado derecho de mi caballo. Puse un pie en el cran y ¡tran! de una patada mandé la pelota...
Matrimonio y mortaja, a propósito de la obra Primer amor Ramiro Tejada Crítico e investigador teatral 31 de octubre de 2013 “Asocio para bien o para mal mi matrimonio con la muerte de mi padre, en el tiempo”. Esta frase desata el monólogo del personaje sin nombre que nos habla de su primer...
  Jesús María Dapena Botero   Vigo, España, 7 de junio del 2013 A mi juicio, todo el placer estético que el poeta nos procura entraña este carácter del placer preliminar, y el verdadero goce de la obra poética procede de la descarga tensional dada en nuestra alma. Quizás contribuye no...

Sinfonía en piedra de sol

07.11.2013 00:09
María Jaramillo Villegas   La poesía, como el canto de la sirena, entra por el oído. El influjo irresistible de su musicalidad lleva intencionalmente a quien la escucha a  amarla y a sufrirla. Octavio Paz llegó a mí con la voz atractiva e hipnótica de la cual está impregnado su poema...
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IMPRESIONES

 Los sentimientos en la nueva cultura

Ervin Laszlo

 

Agnes Heller

Por José Hilario López A.

Selección hecha entre las columnas de opinión escritas por el autor para El Periódico El Mundo de la ciudad de Medellín:

En próximas columnas me propongo comentar algunas de las conferencias que el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia ha presentado en el primer semestre en su Aula Abierta, en nuestro propósito de visualizar aproximaciones hacia un pensamiento crítico latinoamericano.

Hoy quiero referirme a la conferencia de la joven profesora Martha Elena Grajales sobre el libro “Teoría de los Sentimientos” de Agnes Heller, filósofa húngara contemporánea, quien nos motiva a repensar la cultura impuesta por el neoliberalismo, y relacionar su teoría con la propuesta de su compatriota Ervin Laszlo “Caminos hacia la Civilización Planetaria”.  

Heller en su teoría le otorga un gran valor a los sentimientos en la formación del mundo propio, así como de la constitución de una personalidad moral.  Trabajar con los sentimientos para entender el hombre de la modernidad es tan determinante para el pensamiento y la acción como el cultivo del Logos.

La pensadora húngara diagnostica el mundo sentimental del hombre moderno como  empobrecido y alienado, a causa de las tareas que está obligado a realizar para satisfacer sus necesidades básicas  y el desarrollo de su personalidad. Entre estas tareas la fundamental es el trabajo, que hoy tiende a ser sólo un medio para la subsistencia o para la acumulación de riquezas, que copa todo nuestro tiempo y energías, sin espacio para el cultivo de los sentimientos, en especial relaciones abiertas y espontáneas con los otros, lo que conduce a conformar un ser egoísta, para quien el semejante es tomado como un competidor o como un instrumento para logar nuestros propios objetivos.

Este hombre, que Heller llama particularista, se caracteriza también por sentimientos particularistas, en especial la envidia, el resentimiento, la intransigencia, la vanidad, los celos, la avaricia, el egoísmo y la inflexibilidad. Como particularista está siempre buscando la preservación de su yo con exclusión del otro, llegando incluso a odiar a los que son distintos, que siente pánico de entregarse al otro, de asumir el riesgo de implicarse profundamente con otro.

Ante este mundo empobrecido, se nos propone una “gestión doméstica de los sentimientos” lo que significa jerarquizarlos de acuerdo con la importancia que tiene su cultivo; significa decidir que sentimientos hay que priorizar y cuales desechar.  Esta gestión de los sentimientos está vinculada de modo esencial con las tareas que hace el hombre, lo que requiere liberarlo de la alienación que le impone el trabajo concebido sólo para subsistir o el lucro por el lucro.

Un mundo rico en sentimientos para Heller es como un jardín, en donde además de cultivar variedad de flores también se ha evitado que crezca la maleza, los sentimientos particularistas. Como un  jardín,  todo mundo del sentimiento que esté regido por un solo sentimiento es mundo que se degrada.

Volvamos a Laszlo para, según sus palabras, “centrar la atención en la evolución de los valores humanos y la conciencia como los factores decisivos en el cambio de curso–de una carrera hacia la degradación, la polarización y el desastre-a un replanteamiento de los valores y las prioridades para navegar en la dirección del humanismo, la ética y la sostenibilidad global”.  Dadas las tendencias actuales de nuestra civilización en demografía, sobre-explotación de recursos naturales, terrorismo, militarización, disparidades en estilos de vida y distribución de la riqueza, así como en la degradación del medio ambiente, nuestro futuro como especie ya no está asegurado.

La insustentabilidad del mundo nos compromete con un cambio radical en nuestra conciencia. Empezar por cultivar del jardín de nuestros sentimientos, para que sólo germinen y florezcan “buenas emociones en términos morales, emociones que no solo no alienten comportamientos que dañen a los otros (ni a los ecosistemas), sino emociones que estén vinculadas con un interés por el bienestar del otro, tales como el amor a la humanidad, la compasión, la simpatía, la lealtad, la amistad”.